Leer es una de las actividades más beneficiosas y, a la vez, sencillas que podemos realizar. Es una forma de descubrir nuevos mundos, de dejar volar la imaginación, de entender a nuestro planeta, a las culturas y a las personas. Los libros son una puerta y todos tenemos la llave.
Se han realizado numerosos estudios sobre las ventajas que trae leer. Desde relajarnos, hasta servir como una especie de ‘gimnasio mental’, estimulando nuestro cerebro, y en ciertos casos ayudando a prevenir enfermedades degenerativas como el alzheimer, según dio a conocer el Dr. Robert Freidland en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La lectura nos ayuda a ser más empáticos, permitiéndonos conocer cómo piensa el otro y mirar la realidad con otra perspectiva. Según opina Giovani Frazzetto, escritor del libro Cómo sentimos, llegar a leer la historia de diferentes personas puede ser de utilidad para entender mejor tanto los pensamientos como los sentimientos ajenos, sin que importe que estas personas sean reales o imaginadas.
¿Quién no ha sentido la necesidad de aislarse del ritmo de la vida diaria? Un libro nos entrega ese espacio y nos brinda un lugar ideal para relajarnos. Un estudio de la universidad de Sussex, en el Reino Unido, apunta a que la lectura puede relajarnos más que escuchar música, tomarse una bebida caliente, dar un paseo o jugar videojuegos. A muchos, incluso, les puede servir para conciliar el sueño.
Puede ser que no lo creas, pero la lectura también puede ser sexy. Leer aumenta nuestra inteligencia mejorando la capacidad de comprender, solucionar problemas y establecer patrones, pero también nuestra inteligencia emocional. ¡No solo tener un libro en la mano nos hace ver bien, leerlo nos hace sentir aún mejor!
Un hábito a fortalecer desde la niñez
En nuestros primeros años empezamos a establecer nuestras rutinas, hábitos y gustos. Aprendemos por el ejemplo y repetimos lo que vemos hacer a familiares y cuidadores. Entre más temprano los niños empiecen a leer, más rápido desarrollarán su comprensión de lectura y tendrán mayor facilidad en sus estudios. En la adolescencia leer es un elemento que ayuda a alimentar la imaginación y a forjar el adulto que se quiere ser. Encontramos en los libros una inspiración y un camino trazado que los jóvenes pueden recorrer sin temor.
De esta forma, leer es una costumbre que puede enriquecer nuestras vidas y que nos llena de satisfacción. Solo debemos estirar nuestro brazo, encontrar un libro y dejarnos llevar por la magia de las palabras.